¿Que qué es lo que quiero yo? Quiero que llegue esa pieza, y, hasta que ese momento llegue, quiero seguir jugando. Al fin y al cabo, este es un juego, aunque un juego macabro. Sí, es un juego macabro. Un juego que puede llegar a resultar maravilloso, contradictorio e impredecible mientras se está jugando, pero que se torna irrevocablemente trágico cuando la partida termina. Un juego sin un solo final feliz para ninguno de los que ya terminaron su partida y partieron. En el mejor de los casos, un juego con un final liberador, pero nunca con un final feliz.